lo admito. hoy te quiero más.
Y cuando te veo ese órgano vital en mi pecho quiere rasgar sus paredes y me duele,
y es entonces cuando me doy cuenta de que, aunque durante mucho tiempo solo pensé
que se limitaba a funcionar sin que lo notara, hoy late a un ritmo considerable y con
una fuerza inquebrantable.
no puedo. es injusto que lo sepas.