Pepa percibe la preocupación en la cara de Rosario y pregunta también preocupada
—Qué sucede con Alfonso?
—Nada hija esas son cosas mías.. —mirando la mesa y tratando de evadir la conversación.
Pepa se da cuenta de lo que le pasa y con media sonrrisa opina consolándola
—Rosario pierde cuidado por él, él está enamorado de Emilia y ella es una buena muchacha
que sabrá hacerlo feliz.
—Ya.. pero el amor no siempre hace a la felicidad.. —responde aún con tono de preocupación
mientras se levanta.
—Eso es verdad Rosario —La voz de Tristan que se asoma y él aparece por detras.
—Lamentablemente una gran verdad. —continúa despues de una pausa, mirando a
Pepa y viceversa.
—Yo no tengo nada en contra de esa muchacha. —Rosario se excusa afligida—..bien sabe
Dios que siempre me he llevado bien con su familia y.. y que yo a ella le he tenido cariño..
Pepa interrumpe impaciente y sorprendida —Pero no la quiere para su hijo..?
—No es eso Pepa.. pero esa boda así tan derrepente —Rosario emana duda por los poros.
—Pero ellos se quieren! o es que no has visto en sus ojos lo enamorados que están?
—Ya te he dicho que el amor no es suficiente..
Tras unos segundos mientras suspira y con mirada de resignación Pepa confirma
—Desgraciadamente por mucho que nos opongamos el destino siempre porfía
en confirmarnos esa opinion.
Tristán la mira a los ojos con gesto de incredulidad —De verdad piensas así?
Pepa levanta la cara y se alza con voz firme como si diera cátedra —En la vida pasan cosas
que están tan fuera de nuestro control y tan fuera de nuestra voluntad que el amor acaba
siendo una anecdota sin la mayor importancia. Agachando lentamente la cabeza al final.
—Sin embargo aún habiendo cosas que priman por ensima del amor tampoco sería justo
olvidar que cuando un hombre ama a una mujer con fuerza y entrega poco se puede hacer
para evitar que eso sea así.. La querrá siempre, —hace una pausa—..y posiblemente cada vez
con más fuerza.
Tristán se aleja por la puerta con semblante desilusionado.
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